Como los cuidadores que somos de nuestros gatos, debemos de prestar atención a cualquier cambio en su comportamiento o en su rutina diaria. Uno de los más importantes es vigilar la frecuencia y cantidad de alimento que come día a día.
¿Por qué? Por que cuando un gato de repente deja de comer, es señal de un problema más grave. No es que solo no quiera comer su comida o premios favoritos. Si no come y se ha saltado varias comidas, o notas que ha pasado uno o dos días sin comer, debes tomar medidas. Algunas veces bastará con hacer unos cambios en casa para ayudarle a recuperar el apetito y otras, será necesario que acudas al veterinario.
¿Por qué los gatos dejan de comer?
Cierto es que hay una posibilidad de que a tu gato no le guste la comida que le ofreces. Pero la falta de apetito suele ser síntoma de que algo está mal con él: quizá tenga atascado algo en su estómago o en sus intestinos, o no se sienten bien debido a una enfermedad o incluso a una infección, o incluso que tengan algún dolor o malestar en su cuerpo.
Justo esto último nos ocurrió con Blackie hace algunos años. Notamos que no estaba comiendo, y cuando le ofrecíamos pollo (su comida favorita) solo probaba un bocado y lo dejaba. Al tercer día decidimos llevarla con el veterinario: tenía un afta infectada en el interior de su boca, y eso le causaba dolor al ingerir alimentos. Tocó darle medicamentos, comida húmeda, enjuagar su herida diariamente, y darle un extra de cuidado y atención para que se recuperara.
Enfermedades respiratorias
Una de las posibles causas por las que un gato deja de comer son los problemas respiratorios, pues estos pueden afectar su sentido del olfato, su capacidad para respirar y provocar la pérdida de apetito.
Usualmente, las enfermedades de las vías respiratorias superiores obstruyen la nariz y los ojos de nuestros gatos con secreción, resultando en una pérdida o restricción temporal de la vista y el olfato. En el caso de las enfermedades del tracto respiratorio inferior pueden afectar los pulmones y causarle a nuestros gatos dificultad para respirar.
En ambos casos, estas enfermedades respiratorias pueden ser causadas por infecciones bacterianas o virales que requieren atención médica, pero también pueden ser causados por cuadros tan complicados como el cáncer.
Independientemente de la gravedad del problema respiratorio, si impide que tu gato respire con facilidad o olfatee su comida, es posible que deje de comer.
Enfermedades del sistema digestivo
Otro motivo por el que los gatos pueden dejar de comer son los problemas en el estómago, en los intestinos, en su páncreas o en otras partes de su sistema digestivo. Puede ser que presenten vómito, tengan diarrea o incluso dolor abdominal. Por lo general, una disminución en el apetito de tu gato será uno de los primeros signos de un problema digestivo.
Estas enfermedades son variadas: desde reflujo, tumores, un desequilibrio en las bacterias intestinales, parásitos, intestino irritable, entre otros. Por eso es muy necesario que acudas a tu médico veterinario.
Cuerpos extraños
Hay que aceptarlo. Nuestros michis son curiosos y a veces llegan a comer cosas que no deberían. O bien, al acicalarse pueden tragar pelo que luego se convierten en bolas de pelo que quedan atrapadas en el estómago o en los intestinos (por eso es importante cepillar a tu gato).
Cuando un cuerpo extraño queda atrapado en el tracto gastrointestinal, se conoce como una obstrucción gastrointestinal. Ésta no permitirá que la comida pase por el tracto digestivo y por lo tanto, nuestro gato puede vomitar y probablemente dejar de comer.
Algunas veces, estos cuerpos extraños pueden causar molestias temporales o falta de apetito, pero en otras ocasiones puede que sea necesario una cirugía para ser extraídos.
Enfermedad dental
Si lo sabremos como humanos: los dientes y las encías adoloridas pueden hacer que dejemos de comer. Lo mismo ocurre con nuestros gatos.
Y también a nuestros gatos se les pueden fracturar los dientes, pueden desarrollar lesiones de reabsorción, tener inflamación en las encías, formar abscesos dentales y experimentar otros problemas que causan dolor oral.
Es importante mencionar, que los problemas dentales en los gatos pueden ser difíciles de diagnosticar, de modo que es posible que tu veterinario necesite sedar o anestesiar a tu gato para evaluar el problema.
Sabor de alimentos
Lo sabemos: los gatos son quisquillosos (bueno, no siempre). Puede que nuestro gato esté acostumbrado a comer el mismo alimento todos los días y rechazar un nuevo sabor.
También puede ocurrir que el fabricante del alimento cambie el sabor y los ingredientes sin mencionarlo en el empaque, y puede que nuestro gato se dé cuenta y no lo quiera. Siempre debes estar atento a etiquetas que digan ¡Nuevo sabor! o ¡Sabor mejorado!.
Forma o textura de los alimentos
Nuestros gatitos también son sensibles a ciertas formas y texturas cuando se trata de alimentos. A algunos les gustan las formas redondas, a algunos las triangulares, a algunos tamaños pequeños y a otros tamaños grandes. Vamos, que a Blackie sus premios le gustan en forma de estrella y a Muffin en forma de pescado (por suerte ambas formas vienen en el mismo empaque).
También hay que recordar que a algunos gatos les gustará únicamente la comida seca y a otros la comida húmeda enlatada. Muffin y Blackie definitivamente prefieren que la comida húmeda venga en trocitos en lugar de en forma de paté.
Deterioro de los alimentos
Hay que tener mucho cuidado con darle a nuestros gatos comida que esté caducada o en mal estado. Siempre hay que revisar la fecha de caducidad en el alimento, y aunque suene raro, olerlo para ver que que no huela a rancio o podrido.
Esto último es muy importante con la comida seca, pues fácilmente pierden sabor y aroma y sus características cambian al erosionarse las vitaminas y grasas que contienen, si no se almacenan correctamente. Es ideal mantener el alimento seco en su bolsa original, y colocarla en un recipiente sellado, fresco y seco.
En nuestro caso, su alimento seco lo compramos en bultos de 9kg, que les dura aproximadamente 3 meses. Para lograr mantenerlo seco (y no tener los 9 kg expuestos todo el tiempo), cuando abrimos el bulto lo dividimos en 6 bolsas herméticas tipo Ziploc, nos aseguramos de sellarlas bien y las colocamos en un contenedor sellado. ¡A las mininas les encanta cuando abrimos una nueva bolsa!
¿Qué hacer si tu gato no come?
Si tu gato ha dejado de comer su comida normal, es importante que verifiques si hay un retiro del mercado de ese alimento en particular. Esa es una de las razones por la que conservar el empaque original es buena idea, para así verificar el lote, código de barras o otros identificadores de fábrica (En nuestro caso, siempre anotamos en una libreta: lote, fecha de caducidad, código de barras, fecha de elaboración, y fecha en que hicimos la compra y establecimiento).
Recordemos que nuestros pequeños felinos pueden sentir cuando algo anda mal con su comida y por eso dejar de comerla. Siempre podemos ofrecerle comida nueva, y si aún así n quiere comer, es momento de llamar al veterinario. ¿Por qué?
Porque cuando los gatos dejan de comer, pueden desarrollar lipidosis hepática, sobre todo si no comen durante varios días. Es una enfermedad conocida como síndrome del hígado graso y puede ser fatal si no se trata. Es importante saber que ésta ocurre con más frecuencia en gatos obsesos. Así que si tu gato tiene sobrepeso y deja de comer, nada de «ay, sirve que baja de peso«. ¡No! Toma la transportadora, mete a tu gato en ella y ve directo y sin escalas al veterinario.
Siempre es fundamental descartar las causas médicas.
Tu veterinario o veterinaria, realizará un examen físico y de ser necesario, recomendará la realización de algunas pruebas de laboratorio, ecografías o radiografías. En base a esa exploración, a los síntomas y a los resultados, te dará el mejor tratamiento para tu gato.
¿Cómo prevenir la pérdida de apetito en los gatos?
Lo sabemos. No podemos prevenir todas las condiciones y problemas que hagan que los gatos dejen de comer. Pero siempre podemos tomar medidas para mantenerlos sanos e interesados en su comida.
Pequeñas pero significativas acciones como darles un alimento de calidad, cepillarlos semanalmente, guardar su comida al interior en un área fresca y seca, evitar que su comida se exponga a temperaturas o humedad extremas, sellar la bolsa de comida cada que la servimos. Procurar que su comida húmeda se consuma en las primeras 24 horas y desechar los sobrantes. Desde luego, las visitas rutinarias a la veterinaria para cuidar su bienestar y darle oportunidad al veterinario de detectar a tiempo problemas de salud que puedan afectar la calidad de vida de tu gatito.
Más información | Respiratory Infections. Cornell University College Of Veterinary Medicine, 2020
Más información | The Danger Of Hairballs. Cornell University College Of Veterinary Medicine, 2020
Más información | Feline Dental Disease. Cornell University College Of Veterinary Medicine, 2020
Más información | Hepatic Lipidosis. Cornell University College Of Veterinary Medicine, 2020
Más información | L. Freeman. The scoop on storing pet food. Clinical Nutrition Service at Cummings School.